jueves, 12 de noviembre de 2009

Spleen de Paris "Recomendaciones V i t a l e s"

Y entonces después del hecho vivido, sentido y abrumador yo, el psicólogo recomienda a quien quiera:

  1. Evite todo aquello que sea tonto y resulte no servir para nada, como las malas lecturas.
  2. Cuando salga de “un encierro” no pretenda cambiar el mundo, algunas veces no es igual de práctico como resulta en la historia, puede terminar acabando con su propia existencia..
  3. Fíjese, no pretenda enseñar a cualquiera lo que tanto le ha costado aprender, no siempre el mendigo es el mejor aprendiz, tampoco es sesgado el mercado, así pues que un alto burgués puede resultar un perfecto fraude.
  4. Absténgase de las calles solas, en ellas el peligro y las pocas posibilidades de ayuda pueden resultar siendo un arma de doble filo.
  5. Si lo que usted quiere es aprender y/o enseñar, use la vestimenta adecuada para el lugar donde quiere llevar las intenciones mencionadas, es de vital importancia parecer monte en caso de ser soldado.
  6. Sea claro en los objetivos, no vaya en busca de moras si está en frente del palo de aguacates, textualmente, si salió a tomar un trago o dar una vuelta, no encamine su acto a algo contrario, sea consecuente
  7. . Tenga la certeza de que usted y sus conocimientos no siempre serán aceptados si son transmitidos violentando la integridad del otro, se arriesga a mucho, puede perderlo todo, ¡TODO!
  8. No se crea el maestro, si bien usted aprende cada día algo nuevo, lo que es novedad para usted puede ser una antigüedad para otros; y no precisamente una antigüedad querida, quizá si la toca el resultado resultará nefasto.

Spleen de Paris "Desde el psicologo"

Finalmente obtuvo el premio al dolor; dije a mi colega que me escuchaba con atención sin ninguna intención de abrir la boca para atravesarme con un comentario de esos que suceden al chisme informativo que, le había empezado a contar minutos atrás del mendigo de la entrada a la taberna de la calle sola donde ni un policía habitaba, atacado por el hombre de los quince días de encierro en su cuarto leyendo libros que superan limites de tontería y manifiesto de compra de mentes débiles (este dato lo supe después de atreverme a preguntar el motivo del ataque), quien caminaba como quien camina con alteración en la conducta, era notorio en su mirada el intencionado movimiento de sus pies y el tono de su cuerpo que se acercaba advirtiendo el algo que acontecería justo cuando… el mendigo se posaba a un lado de la entrada a la taberna, tendiendo su mano, asumiendo el papel correspondiente con la responsabilidad correspondiente; y si, saltando sobre el mendigo el hombre de los quince días le dejó más desgraciado de lo que ya el “pobre era”, y es que el hombre parecía inducido por un ser diferente a él, en sus fuertes golpes no dejaba duda de… de pronto el mendigo se levantó siguiendo el instinto que conlleva ocasionar el mismo método con el agresor… formándose pues el lleve y traiga, que terminó al fin cuando ambos hombres se miraron como quien mira y cree haber entendido lo fructífero de un evento, casi con ojos de gratitud… Entonces colega, dije sin más ni menos, es hermoso estar en el aquí y ahora, camuflado en mendigo, viendo las dos caras de la moneda que recibo, de la mirada poco grata, gozando del indiferente que pasa y me permite tener más razones para seguir siendo lo que soy, un psicólogo con argumentos propios y vividos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Por primera vez en la escena


Cuarto oscuro y ¡oh! curiosidad que devoraba a gran escala aquella mi atención, aquellos mis sentidos abiertos a lo nuevo; en conciencia de todo lo que podría generar la novedad, la tranquilidad hizo gala en mi organismo, besó a la hiperactividad y fue agarrando pedazo a pedazo aquello que se llama concentración y si… ahora caigo en cuenta de lo maravilloso que fue observar todo con tanta paz; porque de otro modo no hubiese sido posible arrestar la magia de una angelita que palabra a palabra cansaba su mandíbula joven y apetitosa, y qué decir de su forma de mirar, de imaginar, de recordar, en síntesis de soñar; hubo tal conexión con el palpitar de su abdomen con el que suelo tener cuando los nervios me invaden que desde allí supe estar en donde debía estar…

miércoles, 4 de noviembre de 2009

SARCASTICAMENTE... ESTE ES EL SARCASMO.

Con lo antes expuesto "MOMENTOS SARCASTICOS EN PAREJA" se logra poner en evidencia el fin último de un buen sarcasmo, de modo mejor dicho, un sarcasmo inteligente y pensado; decir la verdad en forma “no decorosa” si no disfrutable para ambas partes (o por lo menos para una, la emitente) resulta una misión de compromiso con el tacto en el trato con los individuos circundantes. La honestidad como principio básico del sarcasmo es un valor poco adoptado por la persona a la hora de entablar relación con el entorno social, por ello cuando hace su aparición en la escena es de admirar y exaltar.

¡Propendo por el uso de esta forma de expresión!

MOMENTOS SARCASTICOS EN PAREJA...

Él: No sé por qué usas sostén; no tienes nada que poner en él.
Ella: Tú usas calzoncillos, ¿no?

Él: Ahora que cumples 50 te voy a cambiar por dos de 25.
Ella: Me parece muy bien, así ellas conversan, mientras tú te quedas dormido.

Él: ¿Me amas solo porque mi padre me dejo una fortuna?
Ella: No mi amor. Yo te amaría sin importar quién te la dejó.

Ella: ¿Cómo es que vienes a casa medio borracho?
Él: No es mi culpa; se me acabó el dinero.

Él: Cinco centímetros más y sería un rey.
Ella: Cinco centímetros menos y serías una reina.


Escrito en la pared del baño de damas:
- Mi esposo me sigue a todas partes.
Debajo:
- No es cierto, no lo hago.

Él: Salgamos a divertirnos esta noche.
Ella: Buena idea. El que llegue primero deja la luz de la entrada encendida.

Él: ¿Ensayamos una posición diferente esta noche?
Ella: Buena idea; tú te quedas al lado de la mesa de planchar y yo me siento en el sofá a ver televisión.


Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina sin decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener y sin ninguna perspectiva de reconciliación. Mientras pasaban por una hacienda donde había varias mulas y cochinos, el esposo sarcásticamente pregunto:

- ¿Familiares tuyos?
- Sí... mis suegros

Un matrimonio estaba conversando:
- Amor mío, ¿crees en el amor a primera vista?
- ¡Claro! Si te hubiera mirado dos veces no me habría casado.

- ¿Sabes querida? Cuando hablas me recuerdas al mar.
- ¡Qué bonito! No sabía que te impresionara tanto...
- No me impresionas... ¡me mareas!

ELOGIO A LA DIFICULTAD

Clarificando el objetivo… ¿dificultad o facilidad? A partir del texto que presenta Estanislao Zuleta, “ELOGIO A LA DIFICULTAD”

Definiré la experiencia interpretativa a la que conlleva la lectura del mismo.
Es de difícil inferencia una posición que elogia el camino complicado para llegar a un fin determinado; debido a lo facilista que suelo creerme a razón de la educación que he recibido en este salpicón cultural, Colombia; dejarme llevar por los principios moralinos con aires de religiosidad y llenos de visiones futuristas alejadas de la realidad, como factores motivantes en el actuar del vivo presente, implica además del planteamiento de metas poco posibles, el estancamiento en el camino hacia éstas, haciéndolo tortuoso, sólo para sentir que tendría un mayor mérito cuando tenga la meta en frente.

El autor plantea una postura que solidifica el reconocimiento, el que puedo contextualizar sólo en un espacio; el más cercano representante de tal postura, es el común de la sociedad perteneciente al territorio que corresponde a nuestro “sacrificado país, Colombia”. Se hace evidente la ansiada búsqueda por obtener la vida paradisiaca que realiza la multitud que me rodea, sin duda alguna el autor debió estar presenciando tal desastre vital, en tanto que hay filas enteras de gente que desfilan hacia el infierno actual y real, para disfrutar en próximos momentos del paraíso; nunca he dicho que contraigo nupcias con la facilidad, mucho menos que odio la dificultad, sólo requiero un poco de ambas para sacar provecho al paso por el mundo que tengo debajo de mis pies… claro, y al que tengo en frente también.

jueves, 15 de octubre de 2009

Texto solitario.

"Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria"
(fragmento de “Informe sobre caricias”, de Mario Benedetti)

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